Nada hay claro sobre su histórica, pero la tradición sitúa a San Jorge como un soldado de Capadocia al servicio del emperador romano Diocleciano que no quiso renunciar a su fe cristiana y por ello fue ejecutado.Años después de su muerte fue canonizado y su atractiva historia en la que la tradición y la leyenda se entremezclan a partes iguales, lo convirtió en un paladín del imaginario medieval europeo, protector de caballeros y soldados y obrador de milagros en batallas y guerras.Pero, ¿por qué San Jorge es el patrón de Aragón? Las crónicas del siglo XIV, como la de San Juan de la Peña, son las que relacionan a san Jorge con nuestro territorio. En concreto lo sitúan en la batalla de Alcoraz, gracias a la cual el rey Pedro I pudo conquistar Huesca en 1096.Según la leyenda, San Jorge habría ayudado, armado y montado a caballo, al ejército del rey don Pedro I de Aragón y a su hijo, el infante don Alonso. Cuenta la historia que cuando ambos batallaban con su gente en los campos de Alcoraz, un resplandeciente caballero armado se incorporó a las tropas cristianas y les ayudó a vencer a los musulmanes.No es la única leyenda sobre el mismo suceso y hay quien cuenta que hubo dos batallas el mismo día, una en Antioquía durante la Primera Cruzada y la segunda en Alcoraz, en Huesca y que San Jorge estuvo en las dos. En Antioquía ayudó a un cruzado alemán que se había quedado sin caballo. El santo lo subió al suyo y lo trasladó milagrosamente a Huesca. Una vez en Alcoraz, san Jorge desapareció. En cuanto al guerrero alemán, creyendo que seguía en la primera batalla, comenzó a luchar con los musulmanes, aunque no conocía ni entendía a nadie de los que estaban con él. Una vez finalizó el combate con victoria para Pedro I, el caballero de Alemania, que sabía latín, consiguió comunicarse con los aragoneses y todos se dieron cuenta entonces de que se había producido un gran milagro, cuyo protagonista era san Jorge, explican en la página de turismo Huesca La Magia., En conclusión, San Jorge es el patrón de Aragón gracias a su papel en la reconquista y como símbolo de la lucha contra los musulmanes. Su figura es muy apreciada en la región por su valor religioso, cultural e histórico, y sigue siendo un símbolo importante de la identidad aragonesa., La tradición pone el punto inicial en la Batalla de Alcoraz que se produjo en el año 1096 a las puertas de la ciudad de Wasqa, la actual Huesca, y por entonces.