Y si alguna vez pierdes un correo entre el caos digital, su buscador escarba mejor que un sabueso con GPS. Pero más allá del look y las funciones básicas, hay detalles que lo hacen especial. Aprende qué correos son basura (y cuáles no), te deja etiquetar cosas como si fueras bibliotecario en tu propia oficina virtual y hasta puede cifrar tus mensajes si decides ponerte serio con la privacidad. Y si eso no basta, hay complementos para convertirlo en algo más parecido a una navaja suiza digital: calendarios, tareas, noticias... todo cabe. A diferencia de esas aplicaciones modernas que viven en la nube y te piden permiso para respirar, Thunderbird se instala en tu equipo y se queda ahí. Tus datos son tuyos —ni prestados ni alquilados— y nadie más decide por ti cómo usarlos o dónde guardarlos. En tiempos donde todo se sincroniza sin preguntar, esta pequeña rebeldía local tiene su encanto. Todo esto no sucede por arte de magia: detrás hay una comunidad que sigue empujando el proyecto hacia adelante, parcheándolo cuando hace falta y asegurándose de que siga siendo relevante. Porque sí: todavía hay espacio para herramientas que priorizan al usuario sobre el algoritmo. Thunderbird sigue ahí —no porque sea tendencia— sino porque sigue funcionando. Y a veces, eso basta., Thunderbird es una aplicación de correo gratuita fácil de configurar y personalizar, ¡y con muchas caracterÃsticas geniales!, Visita la página de descargas de Thunderbird desde cualquier navegador (por ejemplo Firefox o Microsoft Internet Explorer). La página te recomendará automáticamente la mejor versión de Thunderbird para tu sistema..